La marca Rolls Royce es un mito en el
sector automovilístico como representante de los automóviles
de lujo. Sin embargo, en los últimos años de la década
de los 90 ha vivido un período de inestabilidad, siendo
objeto de deseo de diversos grupos empresariales. Hasta
1998 fue la Rolls Royce Cars (grupo Vickers) la empresa
propietaria de la marca, la cual comercializaba junto
a otra marca de lujo, Bentley. Pero, ese año, tras casi
un año de negociaciones, los presidentes del Grupo Volswagen
y de BMW llegaron a un complicado y curioso acuerdo
para la adquisición conjunta de Rolls Royce Cars.
El pacto fijaba que Volkswagen controlaría
hasta el 31 de diciembre de 2002 Rolls Royce y Bentley,
pero en 2003 la primera de ellas pasaría a ser propiedad
de BMW. Volkswagen se quedaría entonces con la propiedad
de la marca Bentley y con la fábrica en la ciudad de
Crewe.
Debido a la pérdida de la fábrica, los
directivos de BMW tuvieron que adoptar la decisión sobre
la creación y localización de una nueva fábrica que
produjera los nuevos modelos de Rolls Royce. Finalmente,
el fabricante alemán optó por construir una nueva fábrica
en Goodwood (al sur de Inglaterra), para producir entre
1.000 y 1.200 vehículos anuales. Esta capacidad se corresponde
con las ventas medias de la marca, aunque en los últimos
años habían caído a apenas 250 unidades. La inversión
total fue de 102 millones de euros. En esta nueva planta
trabajan cerca de 300 operarios, muchos de ellos con
una alta cualificación como artesanos, para que el coche
siga teniendo las características que lo han caracterizado
en el pasado.
|
|
Estos operarios montan el vehículo a partir
de chasis suministrados desde Alemania, en donde se
construyen junto con la empresa danesa HydroAluminium.
También llegan desde la planta de Munich los motores.
La producción de cada uno de estos coches necesita de
30 días de trabajo y suele darse a los clientes un plazo
de entrega de 10 meses.
La decisión sobre la ubicación tuvo que
adoptarse con especial cuidado, puesto que no bastaba
con que se levantara en suelo británico. Había que ajustarse
aún más a la tradición de la marca, es decir, localizarse
en un sitio relacionado con su pasado. Al final se encontró
el lugar idóneo en la localidad de Goodwood, el pueblo
en el que vivió y trabajó Sir Henry Royce, uno de los
fundadores de la compañía. Además, tiene un especial
significado para los amantes del automovilismo, ya que
en ella se encuentra uno de los circuitos más famosos
de Reino Unido.
|
En marzo de 2003 fue presentado definitivamente
el primer Rolls Royce diseñado, desarrollado y producido
bajo control de BMW. Denominado Phantom, un nombre de
larga tradición en la marca, tendrá un precio de unos
315.000 euros y un motor V12 de 6,75 litros, con una
potencia que alcanza los 460 caballos. De momento, la
idea de BMW es centrarse en un sólo modelo que podría
tener varias carrocerías. |
|